Tarjetas revolving – ¿Qué son y cómo funcionan?

Tarjetas revolving – ¿Qué son y cómo funcionan?

Tarjetas revolving – ¿Qué son y cómo funcionan?

Las tarjetas revolving son todas las tarjetas de crédito que permiten a los usuarios pagar sus compras en a plazos. Cada vez que utilizamos una tarjeta de crédito con pago en cuotas mensuales, estamos utilizando la tarjeta en su modalidad revolving.

En el mercado podemos encontrar:

– Tarjetas de crédito con pago a fin de mes y pago a plazos (revolving cuando paguemos en cuotas).

– Tarjetas que solamente permiten el pago en cuotas mensuales (revolving siempre).

– Tarjetas de crédito que solo permiten devolver las compras a fin de mes. Estas últimas son las únicas tarjetas de crédito no revolving.

Es un producto de financiación similar a una línea de crédito. El titular cuenta con un importe que está siempre disponible. Si lo utiliza (puede no usarlo y emplear la tarjeta como un método de pago), lo puede devolver en varias cuotas mensuales, pagando un tipo de interés. Este es siempre bastante más elevado que el de un préstamo al consumo.

Si no usa el crédito, el titular de la tarjeta no pagará nada por él.

Denominación

Revolving procede del inglés to revolve: girar, rotar, ya que el crédito se renueva a medida que se va devolviendo el dinero.

Según el Banco de España: «es un crédito rotativo equiparable a una línea de crédito permanente”.

Tipo de interés

El tipo de interés que aplican las tarjetas ‘revolving’ es más elevado que el de un préstamo al consumo al uso.

Según datos del Banco de España, el interés medio de un crédito al consumo ronda el 8,00% mientras que el de las tarjetas de crédito y ‘revolving’ ronda el 20%. En el caso de la tarjeta de la sentencia, alcanzaba el 27%.

¿Cuánto dinero tengo disponible?

Depende de la entidad. Lo más habitual es que el importe de una tarjeta revolving oscile entre los 600 y 6.000 euros si bien dependen varios factores como el perfil de usuario, la entidad…

¿Cómo se devuelve el dinero?

El usuario que utiliza todo o parte del dinero de una tarjeta revolving puede devolverlo de dos maneras: bien pagando un porcentaje de la deuda o bien pagando un importe fijo cada mes.

¿Cuál es el peligro?

Se considera que las tarjetas revolving son ‘peligrosas’ por los intereses que genera, las comisiones y otros gastos que se van sumando y se financian junto a otras operaciones.

Esto implica que, al tener unos intereses muy altos y que la deuda se paga a través de cuotas bajas, la amortización se acaba alargando en el tiempo y la cifra que se acaba abonando por el concepto de los intereses es muy elevada.

¿Cómo puedo reclamar?

Se puede reclamar los intereses cobrados de más en una tarjeta revolving, básicamente, a través de dos vías. Demandando a la entidad, en un proceso judicial o intentando llegar a un acuerdo con el propio banco o financiera.

Eso sí, se escoja la que se escoja, se produce una devolución de los intereses de más que se hayan pagado pero no de la deuda, que se mantiene.

Demanda de reclamación de intereses

Reclamar el dinero cobrado de más en una tarjeta revolving a partir de una demanda es una de las formas más conocidas de llevar a cabo la reclamación. Ya no solo a nivel individual sino que también de forma colectiva, y es que diferentes asociaciones de consumidores y de usuarios de banca han elevado las demandas.

En estos casos, el porcentaje de éxito es elevado pero no está asegurado al 100 %. Y es que hay juzgados que han fallado a favor de la banca. Paralelamente, hay que tener en cuenta que el Tribunal de Justicia Europeo está revisando la sentencia sobre las revolving, a raíz de peticiones de magistrados.

Un punto a tener en cuenta es que, debido a las demoras en los procesos judiciales, desde que se presenta la demanda hasta que se dicta sentencia puede pasar varios meses. Además, desde que se interpone la demanda, no se puede utilizar la tarjeta.

En caso de ir a juicio y ganarlo, si el titular de la tarjeta aún le queda un importe pendiente con la financiera, tendrá que devolverlo en el plazo y en la forma que requiera el banco. Si no lo hace, podría verse envuelto, de nuevo, en nuevos procesos judiciales.

Por otra parte, esta forma de acción tiene un coste, tanto se gane como se pierda el juicio.

Acuerdo con la entidad financiera

Reclamar lo cobrado de más en una tarjeta revolving al propio banco o financiera que nos la ha comercializado es una forma desconocida pero, posiblemente, más rápida y económica.

Así, se puede contactar con el servicio de atención al cliente de la entidad en la que se tiene contratada la tarjeta revolving y hacer directamente la reclamación.

Para que quede constancia, esta siempre se debe presentar por escrito. En pocas semanas no solo se puede haber negociado sino que además se puede tener una respuesta. Durante todo este tiempo, si se necesita, se puede seguir utilizando la tarjeta.

Todo este proceso que se lleva a cabo directamente con la entidad es gratis, no tiene coste.

Una vez se llegue a un acuerdo con el banco, el titular de la tarjeta revolving un nuevo contrato con las nuevas condiciones. Esto le permitirá seguir usando la tarjeta, con las nuevas condiciones.

Sentencia del Tribunal Supremo

El Tribunal ha tomado como base el interés medio de las tarjetas de crédito que, según datos del Banco de España, ronda el 20% cuando en las tarjetas revolving ronda el 27%.

Y ha aplicado el artículo 1 de Ley de Usura, que data de 1908 pero aún está vigente y que considera nulo «todo contrato de préstamo en que se estipule un interés notablemente superior al normal del dinero y manifiestamente desproporcionado con las circunstancias del caso”.